La gente se educa para la competencia y la competencia es el principio para cualquier guerra. Todas las leyes de educación nos hablan de objetivos de desarrollos humanos profundos, valores humanos cooperación, comunidad, solidaridad, igualdad paz, seguridad, se llenan de palabras hermosas. Pero la realidad es que la estructura básica de aquel sistema promueve justamente los valores opuestos.

La competencia, el individualismo, la discriminación hacia quien menos sabe, el condicionamiento, la violencia emocional, el materialismo, cualquier idea que se promueve desde el discurso es incoherente con lo que la estructura social se intenta sostener. A pesar de que la escuela teoriza y discute sobre principios y valores, los discute como contenidos.

Si yo vengo de un paradigma fragmentado donde a mi lo que me interesa es enseñar la historia, se ve cuanto de historia sabe la persona después de que el docente le habla historia y le hace leer un libro de historia, lo único que le interesa a la educación es el conocimiento no la persona, no se sabe si el sujeto sufre o no, viene de buena familia o no tiene plata o no, para el maestro tradicional es fácil hacer lo que ha hecho durante tantos años, te diría «usted quiere ser un mediocre toda su vida» entonces el enseñar se convierte en un simple proceso de reproducción simbólica.